La Navidad no termina la noche del 24. Para muchas familias, el verdadero ritual llega la mañana del 25 de diciembre, cuando después de la desvelada y la celebración hay un platillo que se vuelve protagonista: el menudo. En la Menudería Barragán, con más de tres décadas de tradición familiar, la preparación comienza con tiempo y paciencia, sin prisas y con recetas que han pasado de generación en generación.
De acuerdo con Jasson Barragán Castro, el secreto está en la cocción lenta, que puede durar entre seis y siete horas, utilizando ingredientes básicos como ajo y cebolla para concentrar el sabor. El platillo se sirve al gusto del cliente: blanco o rojo, con grano o sin él, y con distintas partes que van desde la pancita hasta la pata, según la preferencia de cada quien.
El menudo se acompaña con sus ingredientes clásicos: chile serrano, cebolla, yerbabuena, chiles secos molidos, limón y tortillas, para quienes buscan ese toque picante desde temprano. Cada combinación refleja una costumbre familiar distinta, pero todas coinciden en el mismo ritual matutino.
Aunque no todos creen en sus propiedades, el menudo conserva la fama de ayudar a levantarse después de la desvelada, en parte por la yerbabuena que lo acompaña. En casa o en la menudería, bien caliente y bien servido, sigue siendo uno de los desayunos más buscados del 25 de diciembre.





