Ha causado furor en las redes sociales la historia de una legendaria finca ubicada en Monterrey, Nuevo León, que recientemente fue remodelada para convertirla en restaurante pero su gerente, Zinnia Lara, renunció dos días antes de la inauguración por la presencia de un ente que ronda la antigua casona donde se cometió un doble homicidio.
La mansión llamada “Casa Aramberri”, se ubica en la zona centro de la ciudad y ha estado abandonada por alrededor de 90 años, después fue adquirida por el gobierno y recientemente se instaló allí un restaurante pero a pocos días de abrir, la gerente, hermana del dueño, renunció por motivos relacionados con el “más allá”.
La leyenda cuenta que La Casa de Aramberri, es el lugar donde el 5 de abril de 1933, Antonia Lozano y Florinda Montemayor fueron brutalmente asesinadas en una de las habitaciones del inmueble. En ese momento, el padre de la familia, Delfino Montemayor, había salido a trabajar y, al regresar, encontró los cuerpos sin vida de su esposa e hija.
De acuerdo a la historia el crimen se resolvió gracias a un perico que fue testigo del homicidio y repetía incansablemente: «No me mates, Gabriel, no me mates».
Según los reportes, el nombre mencionado era el de Gabriel Montemayor, un familiar cercano y responsable del crimen, motivado por un robo.
Las autoridades lograron dar con los 4 responsabless, entre ellos el sobrino, fueron ejecutados y sus cuerpos fueron exhibidos en el Hospital González ubicado en lo que hoy es el Hospital de Zona, para que la ciudadanía confirmara con sus propios ojos que se había hecho justicia y los delincuentes ya estaban muertos.
El viudo, Delfino Montemayor decidió permanecer en la casa hasta su fallecimiento en 1957. Después de él, otros miembros de la familia la habitaron brevemente. La casa fue finalmente abandonada en 1985, y desde entonces, se dice que es escenario de apariciones y fenómenos paranormales.
La Casa de Aramberri reabrió el pasado 9 de octubre como restaurante, generando gran expectativa entre los regiomontanos. Las largas filas de visitantes buscan no solo probar sus platillos, sino también explorar el interior de la vivienda, famosa por ser una de las casas más embrujadas de Monterrey, explican medios locales.
Durante décadas, la casa estuvo cerrada al público, y su apertura ha desatado el interés de la ciudadanía por conocer de cerca un lugar cargado de misterio e historia. Ahora en ella se venden hamburguezas.
