Milton Colmenares
Con el inicio de la temporada de lluvias, los avistamientos de cocodrilos en canales, ríos y arroyos de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas se han incrementado, un fenómeno habitual en esta época del año. Este comportamiento responde a la autorregulación natural de la especie: los cocodrilos juveniles se desplazan hacia nuevos cuerpos de agua para evitar conflictos con ejemplares adultos, lo que aumenta su presencia en áreas cercanas a zonas habitadas. Dado que gran parte de estos municipios era originalmente estero, los cocodrilos encuentran facilidad para moverse en busca de nuevos hábitats, lo que explica su aparición en entornos urbanos.
Para garantizar la seguridad de la población, brigadas especializadas de Protección Civil en ambos municipios están capacitadas para capturar y reubicar a estos reptiles cuando representan un riesgo. Las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía a mantener la calma ante un avistamiento, respetar la distancia, y evitar cualquier interacción, como intentar ahuyentar, alimentar o agredir a los cocodrilos. En caso de detectar uno, se recomienda reportarlo de inmediato al 911 para que personal especializado intervenga. Estas medidas han permitido minimizar incidentes, asegurando una convivencia segura entre los habitantes y esta especie protegida por la ley.
Actualmente, se estima que en Bahía de Banderas habitan alrededor de 250 cocodrilos, de los cuales el 80% son ejemplares juveniles que no superan el metro con 20 centímetros de longitud. Sin embargo, el crecimiento urbano ha reducido su hábitat natural en un 90%, obligándolos a buscar refugio en áreas pobladas. Este fenómeno resalta la importancia de proteger el ecosistema de la región, donde los cocodrilos desempeñan un papel clave.
