“Los panteones siempre han dado cierta serenidad y un grado de paz importante al ser humano, inclusive te hacen saber que en algún momento tu vas a estar allí. Como una vez estuvo un señor, pero como que a este señor no le gustaba quedarse allí dentro, porque todos los días salía de este panteón a andar en bici por la carrera. Tú me podrás decir que el velador que simplemente iba a su casa, pero tu respóndeme ¿Los veladores se desaparecen en medio de la neblina?”
Las carreteras son un excelente sitio para que las almas salgan a pasear. En estos lugares se han tenido avistamientos de mujeres caminando, hombres de pie solamente. Lo más interesante es que a pesar del ruido y la luz de los carros, estas supuestas personas nunca voltean y porque lo harían si ya no están en este plano terrenal.
Este supuesto hombre iba en una bici, un señor de entre los 60 a 70 años, sombrero de paja, camisa de manga larga y una bici antigua, ¿Qué hacía un hombre en bici a esas altas horas de la noche? o porque iba con tanta prisa, ¿Quien lo esperaba?
Cuando se llegó el nivel del campo santo de Bellavista, este hombre se desvaneció, su cita era ni más ni menos que con la muerte, por eso iba tan aprisa, a ella no le gusta esperar.
Esta claridad, que habla Mildred se podría traducir en un ser que no es maligno, sino que es un alma que no encuentra el rumbo, solamente. Esto podría ser solamente una leyenda urbana o puede que no, te invito a descubrirlo.
