En menos de una semana, Colima se convirtió en un escenario de guerra: decenas de casquillos percutidos regados en las calles tras fuertes balaceras y ha dejado como saldo al menos 16 personas asesinadas, algunas de ellas cubiertas con bolsas y cartulinas con mensajes.
La disputa entre presuntos integrantes del crimen organizado llegó a tal grado de que la Universidad de Colima anunció la suspensión de clases presenciales y a ella se sumaron el resto de escuelas de todos los niveles.
Los negocios también se vieron obligados a cerrar, las calles han quedado solas, luego de que empezaran a aparecer cadáveres en las banquetas.
La Gobernadora Indira Vizcaíno, compartió un video en sus redes sociales para tratar de llevar calma a la población, “hemos primado las acciones a las palabras” asegurando que el Gobierno Estatal se reunió con la Secretaria de Seguridad Nacional y el Secretario de Marina.
Vizcaíno detalló que fueron desplegados más de 600 elementos de la Guardia Nacional, 350 del Ejército Mexicano y otros 350 de la Marina que se suman a los 675 de la Policía Estatal y más de mil municipales.
